En 1969 el famoso psicólogoPhilip Zimbardo llevó a cabo un experimento social que consistió en dejar dos autos exactamente iguales abandonados en la calle. La diferencia estaba en que el primer auto lo dejó en el Bronx, que es conocido por su alta peligrosidad, zona pobre y conflictiva de Nueva York, y el otro lo dejó abandonado en Palo Alto, zona rica y famosa de California.
El experimento consistió en que al auto que abandonaron en Bronx le rompieron intencionalmente un vidrio, para ver la reacción de los habitantes de ese lugar, la respuesta fue que en pocas horas comenzaron a vandalizar el auto. Hasta este momento, todos pensaríamos que eso sucedió por la pobreza que impera en esa zona. Pero una semana después, también le rompieron un vidrio al auto que abandonaron en Palo alto y ¿qué crees? Sucedió lo mismo, a las pocas horas lo vandalizaron.
El resultado tiene poco que ver con un tema de pobreza y gran relación con la naturaleza del ser humano. Doce años después, los criminólogos James Q, Wilson y George L. Kelling desarrollaron la “Teoría de las ventanas rotas”, en donde proponen que los signos visibles de “desorden y descuido” pueden generar un ambiente donde el comportamiento antisocial y el crimen se vuelven más comunes.
La teoría aplicada al contexto organizacional implica que pequeños actos de incumplimiento de normas, comportamientos poco éticos y falta de atención a los detalles pueden ser indicadores de problemas más profundos. Si estos problemas no se abordan, pueden escalar y afectar significativamente la moral, la productividad y el bienestar general de la organización.
A continuación, veremos cómo la falta de atención y probidad en la organización pueden deteriorar los pilares de la empresa:
- Cultura organizacional. Esta se compone de los valores, creencias y comportamientos que caracterizan a una organización. La falta de cumplimiento con las normas y valores corporativos, por ejemplo, cuando llegamos tarde a nuestro trabajo o le faltamos el respeto a nuestros compañeros, la conducta puede ser vista como «ventanas rotas» que, si no se reparan, pueden llevar a un deterioro de la cultura organizacional. La alta dirección tiene que abordar estos problemas de inmediato y reforzar los valores y normas corporativas a través de acciones vivenciales.
- Comunicación y transparencia. La falta de comunicación, los malentendidos, rumores o la ocultación de información pueden compararse con las «ventanas rotas» en la dinámica organizacional. Estos problemas pueden llevar a la desconfianza, el resentimiento y la falta de motivación entre los colaboradores. Es importante fomentar una comunicación abierta y transparente para prevenir la acumulación de tensiones y mejorar la cohesión del equipo.
- Coherencia en el liderazgo. Los líderes deben mostrar comportamientos alineados con los valores y normas de la organización. Cualquier desvío como actos de inconsistencia o negligencia por parte de los líderes pueden enviar un mensaje de que estos comportamientos son aceptables, lo que puede llevar a una erosión de la disciplina y la ética laboral en toda la organización. Es crucial que los líderes mantengan altos estándares de conducta y responsabilidad.
- Resolución de conflictos. Los conflictos no solo son inevitables, sino que son necesarios en cualquier tipo de organización, pero la forma en que se manejen es crucial. Ignorar o minimizar los conflictos puede compararse a dejar una ventana rota sin reparar. La acumulación de conflictos no resueltos puede llevar a la frustración, el estrés y la disminución de la productividad. Es esencial abordar los conflictos de manera constructiva y buscar soluciones que beneficien a todas las partes involucradas.
- Compromiso y motivación. Algunas ocasiones, el empleador pasa por alto pequeñas señales de desmotivación entre los colaboradores, acciones como el ausentismo, la baja productividad o la falta de iniciativa, pueden ser vistas como «ventanas rotas» que, si no se abordan, pueden llevar a una disminución generalizada del compromiso y entusiasmo. Es importante que la dirección preste atención a estas señales y tome medidas proactivas para motivar y comprometer a los empleados.
Es importante encontrar un equilibrio y no perder de vista los problemas mayores mientras se atienden los menores. Además, cada organización es única, no podemos ni debemos generalizar las distintas problemáticas, porque las soluciones deben adaptarse a las necesidades y dinámicas específicas de cada caso. La teoría de las ventanas rotas ofrece una perspectiva valiosa sobre cómo los pequeños detalles y comportamientos pueden influir significativamente en la calidad del entorno organizacional. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado.
Por Carmen Benavides Mayorga, Directora de Contenidos Trainn mx
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