El término “funciones ejecutivas” lo propuso Joaquín M. Fuster (1980) y años más tarde, las FFEE fueron popularizadas por la neuropsicóloga Muriel Lezak (1982) quien las define como “las capacidades mentales esenciales para llevar a cabo una conducta eficaz, creativa y aceptada socialmente”.
Las funciones ejecutivas son habilidades cognitivas que nos permiten la anticipación y establecimiento de metas, la formación de planes, la autorregulación y la habilidad de llevarlas a cabo eficientemente. Incluyen la memoria de trabajo, el control inhibitorio, la flexibilidad cognitiva, la planificación y la toma de decisiones, todas estas habilidades juegan un papel fundamental en el ámbito personal y laboral.
En tiempos de incertidumbre y crisis, estas habilidades no solo facilitan la realización de tareas complejas, sino que también permiten a los colaboradores adaptarse a cambios inesperados, manejar múltiples responsabilidades dentro y fuera de su ámbito de trabajo y resolver problemas de manera eficiente. En un entorno laboral cada vez más dinámico y exigente, las funciones ejecutivas se han convertido en un componente esencial para la productividad y el logro de objetivos organizacionales.
Las funciones ejecutivas, son las siguientes:
- El control inhibitorio. Esta habilidad nos permite resistir distracciones e identificar y priorizar las tareas más importantes, incluso en entornos de trabajo que pueden ser caóticos o llenos de estímulos. El control inhibitorio es esencial para la gestión emocional, ayudándonos a manejar el estrés, evitando respuestas impulsivas y mantener la calma bajo presión. En trabajos que requieren interacción con clientes o manejo de conflictos, la capacidad de inhibir respuestas inapropiadas y responder de manera profesional es crucial para el éxito. A esta habilidad también se le conoce como “autocontrol”.
- La memoria de trabajo. Esta habilidad es crucial para la gestión de tareas en el trabajo. Nos permite retener y manipular información relevante mientras trabajan en actividades que requieren atención sostenida. Por ejemplo, en una reunión, podemos ser capaces de recordar y procesar los puntos clave discutidos mientras formulamos respuestas o contribuimos con ideas. La memoria de trabajo es especialmente importante en trabajos que requieren multitarea, donde la capacidad de mantener y actualizar la información en la mente es esencial para el rendimiento eficaz.
- La flexibilidad cognitiva. Es la capacidad de adaptarse a cambios y ajustar estrategias en función de nuevas circunstancias, es cada vez más importante en un mundo laboral que evoluciona rápidamente. Como colaboradores tenemos que ser capaces de cambiar de una tarea a otra, adaptarnos a nuevas tecnologías, y ajustar nuestros enfoques en función de las demandas cambiantes del mercado.
- La planificación y organización. A través de estas funciones podemos establecer metas, priorizar tareas y gestionar su tiempo de manera efectiva. La capacidad de planificar y organizar es esencial para cumplir con los plazos, gestionar proyectos complejos y coordinar esfuerzos dentro de un equipo.
- La toma de decisiones. Es una función ejecutiva central en el trabajo, ya que a menudo debemos evaluar opciones, considerar riesgos y elegir el curso de acción más adecuado. La toma de decisiones efectiva requiere una combinación de las funciones ejecutivas que hemos explicado anteriormente.
Las funciones ejecutivas son esenciales para desempeñar un papel sobresaliente en el ámbito laboral. Dichas funciones nos proporcionan ventajas competitivas que nos permiten adaptarnos y trabajar de manera eficiente a través de la resolución oportuna de los problemas. Para ser competitivos en un mundo tan cambiante se requiere ser más agilidad y tener capacidad de respuesta. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado.
Creado por Carmen Benavides, Directora de Contenidos Trainn Mx
Contáctanos.