El arte de escuchar

Seguramente más de una vez hemos escuchado en otros o en nosotros mismos la trillada frase: “es que no me estás escuchando”.

Tal parece que nuestra sociedad se ha tomado muy en serio aquel principio sobre los factores de la comunicación efectiva que consisten en la existencia de una fuente, emisor, código, señal, mensaje, canal, redundancia, situación, contexto y finalmente “RECEPTOR”. Sin embargo, los seres humanos somos más que simplemente recibir un mensaje y responder a este, somos “seres interpretativos” de acuerdo con palabras de Rafael Echeverria, lo que significa que no basta con decir algo y suponer que el otro lo entenderá de forma literal, de acuerdo con lo que hemos expresado.

Incluso Echeverria va más allá al expresar: “la gente dice lo que dice y nosotros escuchamos lo que escuchamos con total inocencia”. Esta frase explica con total claridad los diferentes problemas de comunicación interpersonal que finalmente termina con altos índices de divorcios, problemas familiares, laborales e incluso, problemas entre diferentes naciones y sociedades.

Escuchar es más que solo recibir un mensaje a través del lenguaje, la emocionalidad y la corporalidad de quien esta hablando. ESCUCHAR ES INTERPRETAR, de tal suerte que la escucha no tiene nada de pasivo, escuchamos con todos nuestros sentidos y no solo con el oído, por esta razón se vuelve fundamental entrenar esta habilidad para lograr relaciones personales y profesionales más efectivas.

A continuación, Echeverria nos da algunas recomendaciones que nos pueden ayudar a ejercitar “el arte de escuchar efectivamente”:

  1. Escuchar es abrirse a nuevas posibilidades, es necesario abrirse al pensamiento del otro entendiendo que tiene algo importante que decirnos.
  2. Aprendamos a respetar las diferencias del otro, nunca podremos pensar igual, pero sí podemos ser empáticos con lo que nos están diciendo.
  3. Escuchar requiere una dosis fuerte de humildad, a partir del respeto reconocemos que somos seres limitados y que no lo sabemos todo.
  4. No descalifiquemos los comentarios del otro, debemos entender que somos diferentes y en consecuencia pensamos y sentimos diferente.
  5. Verificar lo que el otro dijo, es mejor preguntar para clarificar.
  6. Compartir inquietudes, es decir, buscar retroalimentación de lo que se dijo.
  7. Indagar, preguntar, pedir más información para clarificar.

Si bien es cierto que toda escucha efectiva reducirá de manera sustantiva las diferencias y conflictos interpersonales, debemos reconocer que inevitablemente siempre hablaremos de “aproximaciones” en la comunicación, pero de alguna manera estamos dando un paso importante para entablar relaciones de calidad con nuestros semejantes.

Fuente: “Actos del lenguaje volumen I: La escucha; Rafael Echeverria; Editorial Granica

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