El lado oculto del emprendimiento

Vivimos en un mundo de grandes transformaciones, somos testigos de cambios tecnológicos, sociales, políticos y económicos sin precedentes, tenemos que estar preparados para enfrentar la incertidumbre y las condiciones estrambóticas que conlleva vivir en una sociedad del conocimiento y de la información.
Las condiciones actuales exigen dar respuesta a las nuevas necesidades derivadas de las tendencias actuales, a través de propuestas pertinentes, frescas y claras en el mundo de los negocios. Se habla del nuevo paradigma “Innovación y Emprendimiento” porque, según dicen, es la joya de la corona para todo aquel que quiere seguir su propio camino.
Desde hace tiempo atrás, es común escuchar a los gurús de la administración hablar acerca de la necesidad de crear tu propio negocio; porque las oportunidades en el mercado laboral son muy escasas y, además, la remuneración es muy pobre; “ya no son tiempos de conseguir trabajo, ahora nos toca generarlo”, así lo declaran los nuevos cánones del mundo de los negocios. Siendo honestos, se escucha tentadora la idea de ser tu propio jefe; pero no es tan fácil como parece, porque es una tarea que lleva tiempo y al principio se pueden presentar algunos retos que no habías contemplado, sin embargo, también trae consigo muchos beneficios y satisfacciones a nivel personal y profesional.
El inicio de todo gran proyecto es plantear un objetivo, es decir, tienes que establecer tus ideas y propósitos y definirlos con precisión porque recuerda que estos serán la brújula que guiarán todas las actividades de tu negocio. Hay que estar dispuesto a aprender; pues muchas ocasiones la gente con más experiencia hará aportaciones interesantes y si te rehúsas a escuchar puedes perder una oportunidad de crecimiento. También es fundamental que, además de una idea divergente, hagas un análisis acerca de los recursos con los que cuentas y las posibilidades de recurrir a un financiamiento o programa de apoyo a los emprendedores; cada día tendrás que tomar decisiones importantes por lo que es necesario que tengas mucha claridad en lo que quieres lograr, porque deber tomar riesgos inteligentes y calculados.
Tienes que ser organizado; jerarquiza tus actividades, recuerda que hay dos tipos de tareas: Las urgentes y las importantes. Lo urgente, requiere una atención inmediata y tenemos que darle prioridad absoluta, en tanto que una tarea importante, está relacionada con actividades a largo plazo, aunque puede repercutir mucho en los objetivos, por eso es necesario que, en este rubro, distingas lo que es importante sobre lo que no lo es. Vivimos en un sistema de normas, por lo que, es crucial apegarnos sobre todo al marco legal, acércate con los especialistas, pide una consulta; muchos emprendedores inician con recursos muy robustecidos, pero sin apego a la ley y esto, a la larga puede traer consecuencias negativas para tu negocio. Tener tu propio negocio implica buscar oportunidades, enfrentar problemas, aprender a confiar en las personas que colaboran contigo, pero también tienes que aprender a poner reglas, aprender a negociar ayudará bastante en todo este proceso. Conocer las necesidades del mercado y captar clientes son elementos indispensables dentro de la rutina propia de un emprendedor.
Nunca faltará aquella persona que te diga que, en esta época de crisis, es imposible que funcione una PyME, que es mejor buscar un trabajo seguro o que cambies tus ideas porque son muy locas y no lograrás nada; tienes que estar muy atento a este tipo de comentarios, pues no todo el que te lo dice cuenta con la experiencia ni el conocimiento necesario para emitir semejantes opiniones.
Por otra parte, alguna vez, el doctor Nasser Mohamed Noriega dijo: No esperes a que tu empleador te capacite, no esperes a que tu maestro te enseñe, no esperes a que las leyes te obliguen, no esperes a que la evolución te dé alas para llegar al cielo, “construye tu propio avión”. Pero… ¿Qué pasa si no tienes la intención de construir tu propio avión? ¿Qué ocurre si quieres subirte a un avión hecho por alguien más? ¿Acaso, eres una persona sin aspiraciones? ¿Qué pensarán los demás cuando les digas que no quieres ser tu propio jefe? ¿Todo esto es motivo de vergüenza?
En principio, todos somos diferentes, tenemos distintos sueños y metas; lo que para una persona es importante, para alguien más, es irrelevante. No tiene nada de malo reconocer que, no quieres tener tu propia empresa y que deseas trabajar para otras personas. Cada uno tiene su propia perspectiva de la vida y respetable.
Durante mucho tiempo nos han hecho creer que tienes que pensar en abrir tu propio negocio, pero lo que casi nunca nos dicen es que, hay dos formas de emprender: Una, invirtiendo en tu propia empresa o dos, emprendiendo para tu jefe, a lo que se le denomina “Intraemprendimiento”. Se escucha raro ¿verdad? Pero es una realidad y es el lado oculto del emprendimiento. Y aunque se escuche increíble, muchas de las características del emprendedor también las tiene el Intraemprendedor, la única diferencia radica en que, el primero lo hace para su propia empresa y el segundo desarrolla ideas para ejecutarlas en la empresa de otra persona.
De hecho, muchas empresas han crecido gracias al potencial de sus colaboradores, porque presentan proyectos innovadores y creativos, pero además son personas que han aprendido a tomar decisiones encaminadas al logro de los objetivos, trabajan de forma colaborativa y son capaces de poner en común, recursos, conocimientos, soluciones, aumentando con ello las posibilidades de éxito. Un intraemprendedor al igual que el emprendedor, tiene un aprendizaje constante, se reinventa y crece. Comprenden que antes que “ponerse la camiseta”, es mucho más importante “sacársela rápido”. Esto significa que, entienden que hay volatilidad hasta en la misma cultura organizacional y tienen que estar preparados para ello. Se adaptan al cambio, gestionan su propia imagen y hasta es posible que impongan su propia marca personal.
Al igual que un emprendedor; los intraemprendedores están conscientes de que el esfuerzo y la preparación traen consigo grandes satisfacciones. Las organizaciones inteligentes promueven a los colaboradores comprometidos y muchos de ellos se han convertido en CEO de la empresa que los ha visto crecer y desarrollarse dentro de la misma. Como puedes darte cuenta, existen dos caminos igual de valiosos y enriquecedores: ser tu propio jefe o ser un gran intraemprendedor. En cualquiera de los dos casos, existen muchas posibilidades y puedes estar preparado para encajar en cualquiera de ellas. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado.

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Por Carmen Benavides

Directora de Contenidos TraInn M

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