La fórmula del 15-70-15. “Vive el presente”

Cuando somos pequeños jugamos a ser adultos y soñamos con tener una casa con una familia encantadora, también imaginamos un trabajo emocionante como ser bombero, doctor, policía o maestro porque en el fondo de nuestro corazón queremos ayudar a los demás. Deseamos que nuestros papás, hermanos y amiguitos sean para siempre y también nuestro primer amor.

En la niñez vivimos el presente, somos felices, jugamos e imaginamos un mundo lleno de magia en donde podemos ser todo a la vez; nos convertimos en superhéroes, jugamos a ser magos, y también nos transformamos en astronautas, pilotos de fórmula 1, en chef internacional o en la mejor bailarina del mundo. Una caja de cartón es suficiente para modificarla en una casita de muñecas o en el mejor y más bonito automóvil que pueda existir sobre la tierra; resulta tan fácil cambiar el jardín de mamá en un hermoso oasis, en donde podemos correr, saltar y acostarnos para mirar al cielo y encontrar numerosas formas en las nubes. Hacemos de cada día, una aventura inolvidable. Cuando somos niños, no solo existimos, también “vivimos”.

Pasa el tiempo, corren los años y nos convertimos primero en jóvenes y después en adultos, la etapa del juego ha quedado en el olvido, ahora somos mujeres y hombres de trabajo y compromisos. ¿Quién piensa en sentarse, a soñar y disfrutar del momento? No hay tiempo para eso. Cada día, se convierte en una carrera contra el tiempo, nos levantamos y preparamos nuestras cosas para ir al trabajo, pensamos en ese proyecto pendiente y en la cita con el cliente; llevamos a los niños a la escuela y hay tantas cosas por hacer que, ni siquiera tenemos tiempo de comer; de la salud ni siquiera nos ocupamos, vamos por la vida como autómatas. Los días transcurren y nosotros hemos dejado de asombrarnos por las maravillas de la vida, no hay tiempo para más.

Algunos van cargando sobre los hombros un pasado tormentoso, su mente está anclada a esos recuerdos que envenenan el alma y que no dejan vivir en paz. La rabia, el dolor y tristeza se convierten en el pilar de su existencia. Se despiertan pensando en esa discusión que tuvieron con alguien hace veinte años, ¿cómo olvidar la afrenta?, ¿cómo dejar en el tintero ese engaño o traición que destrozo los planes y los sueños? Hay personas que no se cansan de autoflagelarse por errores cometidos en el pasado, y gradualmente, se convierten en su peor juez y verdugo que lo condenan a una vida miserable, porque allá, muy en el fondo del corazón, algo les impide estar en paz con ellos mismos y con los demás. La vida se detuvo en esa desilusión, en la muerte del ser querido, en el abandono del gran amor o en ese golpe que mato las ilusiones. Son personas que han hecho de su pasado tortuoso un acompañante inseparable.  Un día cualquiera llega la ansiedad y la depresión y nada vuelve a ser igual.

Por otra parte, hay gente que considera una pérdida de tiempo, voltear la mirada al pasado, porque eso ya fue y no tiene sentido regresar en el tiempo, sin embargo, están atados a un futuro incierto, siempre están haciendo proyecciones sobre acontecimientos futuros, guardan el dinero y los momentos para después, se sienten abrumados por el mañana. Toda su existencia gira en torno a lo que podría pasar más adelante y entonces, gran parte de su tiempo lo destinan para hacer predicciones y planes que a la larga se convierten en cadenas muy pesadas que los atan a un muro invisible. Son personas que van por la vida con mucha angustia, con miedo a que pase algo no previsto en sus planes. Pensar excesivamente en el futuro constituye un lastre que desgasta su energía y la relación con los demás.

No está mal recordar el pasado porque gracias a la historia de vida personal somos nuestras decisiones, fortalezas, debilidades, sueños, aspiraciones, miedos, alegrías, pensamientos, creencias, experiencias. Tampoco es malo proyectar un futuro deseable porque, aunque no tenemos la garantía de una larga vida, un hecho es que, mientras que tengamos vida, tenemos que buscar que sea toda una experiencia. Lo que está pésimo es vivir crucificado con un brazo en el pasado y otro en el futuro sin aprender a vivir el presente.

La vida representa ser y estar, por ese motivo, el presente es un regalo que la naturaleza nos obsequia para disfrutarlo y abrirlo cada día con la esperanza de descubrir, a partir de todos nuestros sentidos, la belleza de las personas, de las cosas y del entorno. La capacidad de asombro es inherente al ser humano, nos equivocamos cuando pensamos que, solamente los niños pueden maravillarse de todo lo que pasa a su alrededor. Vivir el presente requiere de una dosis importante de valentía y amor por nosotros mismos.

Al respecto, la fórmula 15-70-15 nos ayuda a entender y dosificar nuestro tiempo para convertirlo en plenitud y bienestar personal; la interpretación es la siguiente:

  1. 15% de nuestro tiempo diario puede ser empleado para recordar cosas del pasado que nos hicieron crecer y avanzar; además, nos permite tener presente que, gracias a las vivencias y experiencias de nuestra infancia y juventud, hemos logrado vencer los obstáculos y retos impuestos por la vida misma. Es necesario identificar todo aquello del pasado que nos sigue lastimando y atormentando para trabajar en ello y convertirlo en aprendizaje, reconociendo que, muchas veces, no podremos hacerlo por nosotros mismos y que será necesario pedir apoyo profesional.
  2. 70% de nuestro pensamiento, atención y energía tiene que estar enfocado al presente, a todo lo que acontece en nuestra vida diaria. Estar conscientes de que, somos seres humanos imperfectos y que tenemos derecho a elegir cómo queremos conducir nuestra vida, bajo la premisa de que el único responsable de las consecuencias “soy yo”, por lo tanto, cada día merecemos una oportunidad para caminar, observar, experimentar, avanzar, caer y volver a levantarse. Ya lo decía Mae West, “solo se vive una vez, pero si lo haces bien, una vez es suficiente”.
  3. 15% de nuestra voluntad tiene que apuntar hacia un futuro deseable, a partir de acciones que gradualmente nos lleven a ese lugar, sin que por ello tengamos que sacrificar nuestra paz y tranquilidad. Prever, planear y organizar un porvenir de forma inteligente nos permitirá mantener los pies sobre la tierra y no soltar el tiempo para disfrutar de nuestro presente.

La vida es hoy, no dejemos que el tiempo transcurra sin sentido, aprendamos a soltar todo aquello que nos mantiene distraídos y absortos en los problemas y situaciones que nos restan energía. Que cada día sea una oportunidad para “vivir el aquí y ahora”. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado.

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Por Carmen Benavides

Directora de Contenidos TraInn MX

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