“Sombras” Enemigos de la autoestima

Dicen que la mejor etapa del ser humano es la que vive en el presente, sin embargo, la etapa de la infancia es determinante para el adecuado desarrollo y crecimiento físico y mental de los niños. Es muy importante que los adultos tomemos consciencia de que los pequeños son como esponjitas, porque absorben todo lo que hay en su entorno, sin importar que tan bueno o malo sea lo que ven, escuchan o viven, simplemente, ellos están aprendiendo comportamientos que ven en los adultos.

Cada etapa de nuestra vida es muy valiosa, pero la infancia es el mejor momento para disfrutar y gozar de todo; cuando somos pequeños, vivimos siendo soñadores, creativos y todo lo cuestionamos, porque la infancia nos permite mirar cada día con nuevos ojos, tenemos la capacidad de asombrarnos y vivir con intensidad cada instante. Es la única etapa de nuestra existencia en la que no volteamos al pasado ni miramos al futuro, porque el presente es el mejor regalo que la vida nos puede dar.

La niñez es el presente y el futuro de una sociedad, pero también representa una gran responsabilidad para los adultos, porque en esta etapa, los niños son vulnerables frente a los comentarios y conductas de sus mayores. Los niños son el recurso más importante del mundo y si no ponemos atención a sus necesidades, estaremos educando a filas interminables de adultos insatisfechos, frustrados e infelices.

Decía John B. Watson (fundador del conductismo) “Dadme una docena de niños sanos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger —médico, abogado, artista, hombre de negocios y, sí, incluso mendigo o ladrón— independientemente de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados.

Lo anterior significa que, todo lo que hagamos y digamos los adultos, suma a la formación y educación de los menores, por lo que inconscientemente contribuimos en gran medida a crear una “sombra” que puede acompañar a nuestros niños durante su crecimiento y afectar negativamente su percepción y valoración sobre sí mismos. Muchos de esos niños crecen con miedo, no creen en ellos mismos y lo más triste es que ni siquiera se aceptan como son. Su autoestima ha sido afectada y opacada por las “sombras” que le impusieron los propios adultos (padres, familia, maestros, amigos, sociedad).

La autoestima es la percepción, valoración y apreciación que tenemos de nosotros mismos. Esta es muy importante para avanzar y realizar nuestros proyectos, el amor propio es un impulso para salir adelante frente a la adversidad, pero si no hemos aprendido a aceptarnos y amarnos como somos, entonces estamos expuestos a que los demás nos hagan daño. ¿Cuáles son las sombras que opacan nuestra autoestima? En realidad, hay infinidad de sombras, pero las de mayor impacto son las siguientes:

  1. La sombra de las palabras. Todo lo que expresamos a través de las palabras puede edificar o destruir los sueños e ideales de los pequeños y también de los adultos que están a nuestro alrededor, porque las palabras son puentes o muros que unen o separan. Es por eso que, siempre, tenemos que ser muy cuidadosos en cómo hablamos y qué comunicamos al momento de relacionarnos con los demás.
  2. La sombra del rechazo de los demás. Los niños son muy perceptivos e inteligentes y se dan cuenta cuando alguien los trata con desprecio. Lo peor es que, ese comportamiento de rechazo por parte de los demás afecta su autoconcepto y repercute negativamente en su personalidad. Cuando esos niños se convierten en adultos, soportan maltratos y relaciones toxicas que los atrapan en una vida de sufrimiento y amargura.
  3. La sombra de la burla. No todas las bromas son entendidas y aceptadas como tal por los niños; una broma puede herir sus sentimientos y genera en ellos un daño en la autoestima, pero además, los niños se vuelven inseguros y con el tiempo pueden tener problemas de ansiedad. Cuando esos niños se convierten en adultos, prefieren aislarse e incluso llegan a sufrir depresión.
  4. La sombra de los abusos (físicos, psicológicos y emocionales). Cualquier comportamiento negativo y soez de los adultos, altera el desarrollo físico, mental y emocional de los niños. Cuando nace un bebé, la vida nos entrega un puñado de oro puro, pero depende de nosotros mantenerlo así o convertirlo en un metal sin valor. Desafortunadamente, muchos niños sufren todo tipo de violencia por parte de su familia, pero el papel del gobierno es fundamental para crear condiciones adecuadas y erradicar progresivamente este tipo de problemas.
  5. La sombra de la presión social. La falta de orientación aunada a la influencia de los medios de comunicación, juegan un papel decisivo que afecta negativamente a la niñez. Muchos niños se sienten insatisfechos con su apariencia física, pues los medios, principalmente las redes sociales, ejercen presión para alcanzar ciertos estándares que les permitan ser aceptados y valorados por la sociedad. Ahora, muchos jóvenes y adultos “someten” sus decisiones y estabilidad emocional al escrutinio público a partir de likes y comentarios de personas que ni siquiera tienen la autoridad moral para hacerlo. Esto genera estrés y ansiedad, sobre todo en la población joven.

“La sombra” es la proyección opaca que nos puede acompañar y sujetar a una vida de tristeza y autorrechazo. La autoestima se construye desde la familia, por ello, es muy importante que acompañemos a nuestros niños y jóvenes desde el amor, la aceptación y la comunicación no violenta para infundir en ellos seguridad, autoaceptación y amor propio. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado.

Creado por Carmen Benavides

Directora de Contenidos

8 comentarios en ““Sombras” Enemigos de la autoestima”

  1. Felicidades!! Muy buen artículo.
    La autoestima y el amor propio es un trabajo de todos los días tanto para uno como para los niños. Ya que si el adulto no tiene una autoestima sana no podrá cultivar la autoestima en los pequeños.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *