El amor: más allá de un sentimiento

Hoy es 14 de febrero y es un día especial; en México como en muchas partes del mundo celebramos el día del Amor y la Amistad, también conocido como día de San Valentín y, como cada año, se respira en el ambiente el sentimiento del amor hacia todas aquellas personas que significan algo importante en nuestra vida.

Las emociones están a flor de piel y parece que este sentimiento tan inspirador es un buen pretexto para reunirse, convivir y compartir muestras de amor y cariño. Pero ¿qué hay más allá de este sentimiento? ¿por qué el amor merece un día de festejo a diferencia de las demás emociones? Existen dos condiciones que dan respuesta a estas preguntas:

  1. El amor, además de ser una emoción y un sentimiento muy poderoso para relacionarnos afectivamente con los demás, es un constructo social, es decir, es una vivencia subjetiva que surge, se piensa y se actúa en función de relaciones sociales y normas culturales. La sociedad establece las condiciones y mecanismos de control para que, a través del sentimiento del amor se mantenga una línea rectora que perpetue los intereses del grupo social y conserve las diferencias derivadas de la estratificación social, sin importar cuáles son las necesidades y preferencias de los involucrados, porque depende única y exclusivamente de los principios de poder y estatus. 

Obviamente, este proceso se va dando de forma gradual y sutil, de tal manera que, cuando crecemos y nos enamoramos o mantenemos una relación de amistad con alguien más, pensamos que lo hacemos en función de nuestras propias decisiones, gustos y necesidades, pero detrás de todo esto hay implicaciones sociales y estructurales de carácter macro y microsocial. Todas las representaciones y símbolos del amor también son preconstrucciones sociales por lo que, este sentimiento tiene distintos matices de acuerdo con la cultura y costumbres de las personas en distintas partes del mundo.

  1. Por otro lado, y no menos importante es el “carácter mercantilista del amor” atribuido a las empresas que, con el propósito de llegar a la mente y al bolsillo de los consumidores, despliegan un sinfín de estrategias comerciales para que, a través de sus productos y servicios, demostremos nuestro amor a las personas que queremos. Y aunque cada vez menos personas festejan este día, la realidad es que, quienes lo hacen, gastan más porque buscan experiencias únicas e inolvidables. Desde esta perspectiva, los negocios aprovechan la fuerza del 14 de febrero para vender y obtener ganancias. 

A pesar de todo lo anterior, el amor nos mueve e inspira para crear un mundo mejor; y no es necesario esperar una fecha especial para festejar el amor, pues tenemos 365 días para vivirlo sin tener que consumir objetos para demostrarlo; porque hay actos tan nobles y leales que no se pueden demostrar monetariamente. Recuerda que, de nada sirve que agotemos todo nuestro esfuerzo y recursos este día, si el resto del año seguimos cometiendo actos que lastiman a las personas que decimos amar. 

Por Carmen Benavides

Directora de Contenidos TraInn MX

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