Hacer planes para el futuro es algo común en el ser humano; desde pequeños anhelamos tener juguetes, ir a la escuela y tener amigos; crecemos y entonces queremos terminar una carrera, una casa, trabajar y viajar, y en algunos casos formar una familia; llegamos a una edad adulta y planeamos un retiro digno para entonces cuidar nuestra salud; siempre hacemos planes a corto, mediano o largo plazo.
Desafortunadamente, al no precisar con claridad los objetivos, los recursos y los tiempos en que queremos lograr nuestras metas, vamos perdiendo gradualmente el rumbo y el interés en lo que tanto deseábamos durante mucho tiempo. Es por eso que, diseñar un proyecto de vida nos va a permitir establecer con claridad lo que queremos hacer en determinados momentos de nuestra vida, así como la posibilidad de lograrlos.
Nunca es tarde para proyectar la vida que queremos; algunos lo hacen muy jóvenes, otros, en una edad madura y hay quienes en la tercera edad logran sus sueños, como el caso de Deshun Wang quien desfiló en una pasarela a la edad de 79 años. Dice un refrán popular “mientras hay vida hay esperanza” y cada día, es una gran oportunidad para trabajar en todo aquello que soñamos; pero nunca debemos olvidar que, un proyecto de vida tiene que incluirnos a nosotros; y tal vez pensemos: “es obvio, esa casa, aquel viaje y este trabajo son para mí” pero ¿qué sucede si con el paso del tiempo pierdes todo lo que, con mucho esfuerzo y sacrificio lograste hacer? Nadie está exento de perder sus bienes materiales o algún ser querido; y entonces retumba la pregunta ¿en tu proyecto de vida, estás tú?
Resulta paradójico que en un proyecto que estás llevando a cabo no te incluyas, no obstante esto es más común de lo que parece, porque sucede que la mayor parte del tiempo pensamos en el “tener” todo aquello que a simple vista nos proporciona bienestar, sin embargo, casi nunca incorporamos lo que tiene que ver con el “ser”; aquí es donde tenemos que hacer un alto y preguntarnos:
¿Qué planes tengo para vivir plenamente cada día?
¿Qué proyecto o que actividades están relacionadas con mi salud física y mental?
¿Qué planes me comprometen con mi propio cuidado y existencia?
¿Qué acciones me permiten reconciliarme con mi pasado?
¿Qué proyectos ´personales, se relacionan con la solidaridad y ayuda hacia mi familia y los demás?
¿En qué áreas de mi vida tengo que trabajar para ser la mejor versión de mí mismo?
¿En qué debo enfocarme para disfrutar y asombrarme de los pequeños detalles?
Estas sencillas preguntas nos permitirán reflexionar acerca de la importancia de una vida plena, donde la existencia exige una atención y cuidados especiales; hay que recordar que los vacíos del ser no se llenan con el tener, si queremos ser libres y felices, entonces tendremos que retornar a nuestro propio ser. Así que, para la siguiente vez que planees diseñar tu proyecto de vida, no olvides incluirte.
Por Carmen Benavides
Directora de Contenidos TraInn MX