La mudanza más importante de tu vida: el cambio personal

Cambiar de residencia puede ser uno de los momentos más emocionantes en nuestra vida, pero también puede traer una gran carga de estrés  porque nos espera la tarea de remover todo aquello que llevaremos a ese nuevo lugar, tendremos que tirar muchas cosas que ya no sirven y adquirir otras tantas que nos harán falta; sin duda, trasladarnos a otra parte trae consigo nuevas ilusiones, retos y posibilidades, pero también temor, dudas e incertidumbre, porque no sabemos a ciencia cierta qué nos depara toda esta nueva aventura. 

Mudamos cuando se hace necesario, en el momento en que las condiciones que estamos viviendo en el presente exigen de nosotros un cambio de ambiente, trabajo, escuela y oportunidades. Por ejemplo, Tatsugoro Matsumoto, el prestigiado jardinero japones que trabajaba para el emperador y que allá era conocido como ueki –Shi que significa” arquitecto de paisajes” en un momento de su vida decidió emigrar y probar suerte en otros países. Cualquiera podría pensar que, al ser un célebre jardinero en Japón, no querría salir nunca de su país, pero le llegó una invitación para ir a Lima, Perú y crear un majestuoso jardín en una hermosa mansión. Probablemente, sintió miedo e inquietud, pero el amor y la pasión por lo que hacía lo motivo y decidió trasladarse a Perú. En su paso por México, quedó prendado de nuestro país y de su gente, por lo que decidió que algún día regresaría y se quedaría aquí. Pronto la fama de Tatsugoro llego a oídos del mismísimo presidente Porfirio Diaz, quien le empezó a encargar arreglos florales y el cuidado del Bosque de Chapultepec. Este afamado jardinero decidió entonces venir a México y trajo las jacarandas, buganvilias, las camelias, las hortensias y algunas variedades de narcisos, tulipanes, rosas y azaleas. Literalmente, llegó a nuestro país para quedarse.

La historia de este hombre nos hace recordar que si no queremos parecer monumento tenemos que movernos del lugar donde nos encontramos, salir de nuestra zona de confort y arriesgarnos. No es una tarea sencilla, necesitamos soltar lugares, personas y situaciones que nos impiden avanzar y crecer a nivel personal y profesional. Mudar de casa, de trabajo o escuela puede resultar muy complicado porque nos exige mudar de ideas, creencias y pensamientos; sin embargo, una vez que hemos identificado aquello que nos satisface o nos hace sentir bien, no hay manera de frenar el cambio en nosotros. De hecho, la mudanza más importante de nuestra vida es justamente la que está relacionada con el cambio personal. 

El cambio puede definirse, según De Faria (1996) “como la modificación de un estado, condición o situación. Es una transformación de características, una alteración de dimensiones o aspectos más o menos significativos”.

Los cambios personales implican procesos de transformación que van desde modificar los pensamientos, palabras, acciones y forma de ver la vida; obviamente, necesitamos hacer un análisis acerca de dónde estamos parados y a dónde queremos llegar.  Por esta razón, el cambio debe ser una acción consciente y voluntaria, ya que de otra manera se puede convertir en un proceso doloroso e inquietante porque implica erradicar aquellos hábitos que dañan nuestras relaciones personales, la salud y la propia existencia. 

Muchas personas se niegan al cambio porque no están “conscientes” de que necesitan una transformación en su vida, no se dan cuenta de que el lugar donde se encuentran actualmente ya no les está propiciando desarrollo ni crecimiento personal. En algunos casos, el coraje o la frustración se harán presentes pues ya no está funcionando todo aquello por lo que apostamos tiempo, dinero y esfuerzo, esta reacción es totalmente normal porque significa que ese lugar nos está generando incomodidad y nos está empujando para quitarnos de ahí. 

En algún momento tendremos la sensación de volver atrás, pues advertimos que necesitamos consolidar nuestros planes o esperar un mejor momento para que la economía mejore; ideas como estas aparecen en momentos de duda, por lo que tendremos que tomar impulso para no retroceder. 

Es importante a asumir la nueva realidad y aprender a vivir con ella; si nos resistimos al cambio, corremos el riesgo de no conocer más allá de los limites ni de las fronteras que nos hemos impuesto. El cambio a nivel personal implica atreverse a cruzar un camino que no cualquiera está dispuesto a realizar. Hacer las maletas e irse de un lugar es signo de valentía, pero mudar de ideas, creencias, actitudes y opiniones es señal de evolución personal. Ya lo decía Marcel Proust “Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado.

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Por Carmen Benavides

Directora de Contenidos TraInn MX

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