Aprendiendo desde la mirada

El aprendizaje es un proceso permanente en la vida del ser humano, desde que somos pequeños hasta una edad avanzada, nuestra existencia transcurre entre hechos y circunstancias que modifican nuestras creencias y opiniones respecto de todo aquello que se presenta de forma inevitable frente a nuestra mirada. Los sentidos son vehículos que nos permiten aprehender todo lo que está en nuestro entorno; de hecho, la percepción es la forma en cómo nuestros sentidos interpretan los acontecimientos de la vida diaria.

El mundo entra en nuestra mente por los sentidos, la experiencia y conocimientos adquiridos son el resultado de todo lo que vemos, oímos, tocamos, olemos y degustamos. Evidentemente, nos han educado para conocer cómo funcionan los sentidos, pero no para desarrollar habilidades concretas que nos permitan ir más allá de simplemente oír o ver, por ejemplo; esto significa que, hemos aprendido a ver, pero no a mirar, a oír, pero no a escuchar y a partir de esto, podemos comprender por qué muchas personas no logran obtener un aprendizaje significativo.

La habilidad de aprender a mirar es importante en todos los rubros de nuestra vida, porque además de permitirnos acceder a una comunicación efectiva con los demás, nos posibilita la oportunidad de centrarnos conscientemente en todo aquello que no está a simple vista, que aparentemente no existe, pero que, si ponemos atención, vamos a descubrir una gama de información relevante que transformará la forma de relacionarnos con los demás desde la consciencia. 

Desde que somos pequeños nos enseñan a articular palabras, después vamos a la escuela y aprendemos a desenvolvernos en un grupo social, crecemos y nos resaltan la importancia de enriquecer el bagaje cultural, de aprender a escuchar y hablar en público, pero casi nunca se menciona la necesidad de aprender a mirar, porque además se nos ha olvidado que la función de los ojos no consiste solamente en ver, sino que también la mirada representa un lenguaje visual que capta y expresa emociones, sentimientos y necesidades de orden personal y social.

El error que cometemos es creer que ver es mirar, que por cierto, muchas personas utilizan ambos términos como sinónimos, pero en realidad estamos hablando de acciones muy diferentes. El verbo Ver, de conformidad con la RAE, significa “percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz”, y Mirar es “fijar la vista en un objeto, aplicando juntamente la atención”. Entonces, la diferencia estriba en la mucha, poca o nula atención que los préstamos a todo aquello que nos rodea. 

Por supuesto que la percepción es selectiva, porque nos resulta imposible captar a través de los sentidos todo lo que sucede en el entorno, sin embargo, todo aquello que llega a nuestros ojos, es filtrado con tal rapidez que casi nunca recordamos lo que vimos y, por lo tanto, nos perdemos de información relevante. El aprendizaje a través de la mirada requiere la acción de hacer consciente los aprendizajes que la visión aporta.

Actualmente, muchos niños, jóvenes y adultos utilizan el celular durante horas, pero eso no significa que realmente estén mirando los contenidos, al contrario, su atención está dispersa en las redes sociales. El no aprender a mirar para comprender y despertar un sentido crítico y reflexivo respecto de lo que sucede a nuestro alrededor, nos está convirtiendo en personas poco sensibles y críticos de lo que acontece en la sociedad.   

El problema al que nos enfrentamos es que, leemos sin entender, vemos sin comprender y de esta forma nos hemos convertido en la generación del “vistazo” porque acaparamos muchas cosas con la vista, pero difícilmente entendemos lo que las personas o situaciones nos están diciendo a través de su comportamiento o actitudes. No es gratuito que las relaciones humanas sufran un desgaste porque no atendemos las banderas rojas que nos dicen que ahí hay un problema. 

El aprendizaje visual desarrolla capacidades perceptivas y de análisis que nos ayudan a comprender nuestro mundo. Sinceramente, se requiere un gran esfuerzo para trabajar en esta habilidad, sobre todo porque la información visual se ha incrementado de manera exagerada y, por lo tanto, la enseñanza en los hogares, las escuelas y el trabajo no ha estado a la altura de las circunstancias. Es por eso que, se tienen que propiciar metodologías y estrategias para incrementar la curiosidad y la sensibilidad frente a los hechos y acontecimientos de la vida cotidiana. En la medida en que se genere un aprendizaje de la mirada, estaremos aptos para captar, interpretar y comprender la realidad del entorno, pero sobre todo, para impulsar la cultura de la inclusión, el respeto y la empatía a través de la mirada. Si quieres conocer más acerca del tema comunícate con nosotros, tenemos cursos y talleres para ayudarte a crecer y posicionarte en el mercado.

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