Saber las cosas no garantiza un cambio: Liderar con Empatía

“Para los líderes en particular, la empatía significa entender cómo te diriges a los otros y cómo eres percibido por ellos”, señala Robert Stutton, autor del libro Good Boss, Bad Boss. “También significa entender las fortalezas y las debilidades de los demás, así como qué es lo que los motiva”, así el líder tendrá un mayor índice de apego a la realidad circunstancial y emocional de los conflictos generados, logrando un mejor desempeño para solucionarlos.

Empatizar es parte fundamental de esta conexión interpersonal que nos permite explorar y aprender de los demás, siendo clave para el engranaje social y comunicativo. Las personas empáticas suelen tener más éxito social, ya que la empatía facilita las relaciones interpersonales, la negociación, la capacidad de persuadir y el desarrollo del carisma.

“Si no tienes empatía y relaciones personales efectivas, no importa lo inteligente que seas, no vas a llegar muy lejos.” (Daniel Goleman)

Por otro lado, una persona empática capta e interpreta de mejor manera el mensaje del emisor, ganando un diálogo productivo que vuelve exitosas sus relaciones interpersonales, retribuyendo de manera positiva en su personalidad y trascendencia social.

Reconocer las distintas emociones y expresiones de toda persona cercana, es el camino adecuado para interactuar más allá de las palabras y se extiende en todos los ámbitos de la vida: social, personal y laboral.

Empatizar no es preocuparse, loar, animar, consolar, tampoco es escuchar problemas o intentar solucionar la vida de los demás; va más allá de ser un confidente personal, se trata de salir de la burbuja individual y conectarse con el exterior, entrando al espacio del otro  suspendiendo por un rato el “espacio del yo” (tus creencias, tus pensamientos, tu cultura, tus hábitos, tus juicios, entre otros).

En este artículo te mostramos 6 pasos que te ayudarán a trabajar con tu empatía:

1-Hábito. Busca que la práctica sea más que una simple intención, haz que se vuelva un modo de interactuar continuo.

2-Escucha. Intenta comprender y no solo responder. Encuentra el motivo real y principal de la conversación. Concéntrate en la persona y en el momento para que estés plenamente al servicio del otro y te sienta presente en la conversación.

3-Pregunta por las emociones y no por los datos. En ocasiones, la empatía tiene que ver poco con el mensaje literal en una conversación y tiende a relacionarse más con las emociones. La comunicación no se basa exclusivamente en el intercambio de palabras, esto supone un bajo porcentaje de lo que realmente comunicamos.

4-Guarda los juicios y las críticas. Los desacuerdos se solucionan de manera respetuosa no con imprudencias y reproches. La compostura es la salida más sencilla para determinar las palabras correctas y necesarias.

5-El problema no es tuyo. No congenies con el sufrimiento ajeno.

6-Espera. No aceleres ni intentes forzar emociones de otra persona. Tómate tu tiempo para escuchar, hablar e interpretar los gestos que van surgiendo. Respeta tratando de no interrumpir y de no intercambiar los papeles.

En conclusión, la empatía es una herramienta para conectar con los demás, busca el ganar-ganar en la relación con el otro con verdadero interés a través de la escucha activa, de conocer cuál es el mapa con el que explora el mundo y mediante la comprensión, entender y respetar por qué escoge las rutas que escoge para andar por la vida. Si así lo hacemos, nuestro propio mapa se amplía, incorporamos nuevos paisajes, aprendemos nuevas rutas y al tener un mapa más amplio, caminamos más seguros y felices por la vida y nos permiten llegar a nuestro destino perfecto: la autorrealización.

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